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miércoles, 12 de marzo de 2008

La comunicación y el quehacer de la comunicación

Una referencia a las dos dimensiones de la comunicación*


Para los comunicadores sociales la reflexión sobre la diferencia entre construir comunicación y desarrollar procesos de comunicación es fundamental, ya que afirma el valor del conocimiento.

La comunicación como condición inherente al ser humano facilita la acción de comunicar como un acto cotidiano que permite a los individuos reconocerse como seres sociales dentro de un grupo cultural determinado. Los seres humanos construyen significación, es decir, dan sentido/contenido a los objetos/signos a partir de un contexto cultural y social. Desde esta perspectiva la comunicación es un proceso constructor de sentido colectivo.

Efectivamente, ningún grupo humano puede arraigarse ni consolidarse si no ha configurado colectivamente un marco de referencia que le permita construir y entender la realidad y organizar su vida cotidiana y sus demandas sociales.

Desde esta comprensión de la comunicación todo ser humano es un comunicador/a en esencia.

El hecho de que la comunicación esté presente en la vida diaria ha ocasionado que se la interprete como una actividad que puede ser realizada por quien tenga la capacidad de “decir algo sobre algo”. A partir de este punto de vista se piensa que los procesos de comunicación no necesitan estar amparados en ningún conocimiento formal, de ahí el criterio de que no se requiere un aprendizaje para “hacer” comunicación.

Esta interpretación equivocada obliga a precisar que la comunicación social es una disciplina que tiene parámetros teóricos-científicos, técnicos y éticos que amparan este quehacer. Es necesario puntualizar, además, que la comunicación en sus dos dimensiones -acción humana y disciplina científica- es definida desde visiones
multidisciplinarias.

Como disciplina la definición de la comunicación como “mediación de saberes socialmente constituidos” permite ampliar su comprensión, ya que la interpreta como una acción mediadora entre el ámbito privado y el público (individual, grupal o social) que cumple el cometido de socializar, interiorizar, posicionar o difundir las construcciones colectivas de la sociedad.

La comunicación social, en consecuencia, genera procesos que promueven el desarrollo social y fortalecen la construcción de una sociedad equitativa y solidaria.

A partir de esta visión de la comunicación social, los comunicadores, formados profesionalmente, son los mediadores de los procesos de comunicación.

Estas reflexiones llevan a la necesidad de pensar a la comunicación dentro de una visión integral como proceso social. La socio-semiótica plantea que la comunicación tiene momentos de Generación, Producción, Circulación y Consumo de Sentidos, estos momentos son los que guían los procesos de desarrollo de comunicación y en consecuencia su accionar.

La información que ha sido el eje de la comunicación masiva y la que orienta al periodismo debe ser entendida como parte integrante de estos momentos de comunicación; así mismo todos los actos de comunicación que tienen a la construcción de discursos y mensajes como su resultado precisan entenderse como parte de un proceso integral.

Esta visión puede consolidar la propuesta de que la comunicación como proceso de construcción de sentido colectivo y como promotora de los saberes socialmente constituidos necesita de profesionales calificados (Periodistas, Planificadores de procesos organizacionales o sociales, Constructores de discursos y mensajes, entre otros) para consolidar procesos que promueven el desarrollo social en el que intervienen los espacios públicos y privados.

La comunicación como disciplina afianza sus acciones sociales, prestigia la labor del comunicador social y abre el camino para la investigación que amplíe su campo de gestión haciendo realidad su condición de eje transversal de todos los procesos sociales.

La gestión de la comunicación como un todo permitirá canalizar parámetros de veeduría social que garanticen que esta acción promotora de desarrollo contribuya a la constitución de una sociedad eminentemente democrática.

Avanzar en la reflexión y en una comprensión integral de la comunicación es una exigencia de esta época de cambios.

*Ivonne Cevallos Rosales
MSc. Investigación de comunicación

12 de enero 2008

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